Contratar una póliza de seguros para ti y tu familia es un aspecto fundamental para tomar en cuenta dentro de nuestro presupuesto.

Sin embargo, debemos entender de antemano, que la prima producto del costo de un contrato de salud, no es el único valor que debes tomar en cuenta. Existen otros pagos que pueden estar presentes para los cuales debes estar preparado.

Esos pagos que forman parte de las condiciones de una póliza médica son el deducible y el coaseguro. Éstos se enmarcan en los tres desembolsos que exigen las compañías de seguros o empresas de medicina prepagada.

La prima es el pago mensual o anual cuyo valor fluctúa de acuerdo a las condiciones y coberturas del contrato. Mientras que el deducible y el coaseguro son los gastos que debes realizar en caso de hacer uso de tu póliza.

Por su parte, el coaseguro es representado por un porcentaje que define cuánto deberás pagar del total de los gastos cubiertos por el seguro, después del deducible. Por ser un porcentaje; entre mayor sea el costo del imprevisto, más tendrás que pagar.

Esto significa que, a mayor prima, menores serán los montos del deducible o coaseguro. Por ello, es recomendable optar por una póliza cuyas condiciones sean las mejores.

Tanto el monto deducible como el porcentaje del coaseguro es información que viene impresa en la carátula de tu póliza de seguros y debes revisar cuando estés por cerrar un contrato de salud.

Todo esto que te hemos explicado, muchas veces es complejo de entender. Por eso, aquí te ponemos un ejemplo.

El costo de una enfermedad o un accidente de auto es de $200 dólares y tienes un deducible de $10 dólares y un coaseguro del 20% con tope de $20 dólares. Para poder hacer uso de tu seguro primero deberás pagar los $10 dólares de deducible.

De los $190 dólares restantes que cubrirá el seguro, tú deberías pagar el 20% que equivale a $38 dólares, sin embargo, como el tope de tu coaseguro es menor, sólo pagarás $20 dólares. Por lo que al final de cuentas en esta situación tú pagarías $30 dólares y el seguro $170 dólares.

Así que, tomando esto en cuenta puedes comenzar a preparar tu fondo de emergencias si es que aún no lo tienes, y sobre todo considerar invertir en una mejor protección. A veces vale más hacer pequeños sacrificios y asegurar tu salud y tus finanzas.

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